
"Mi Encuentro con una Gitana"
Un jueves en la mañana, acudí al Mercado de las Maravillas -para un venezolano realmente lo es- me acababa de sacar la sangre y la bioanalista me indicó que debía desayunar bien; por supuesto, en mi mente de gordo pensé que unas empanadas y unos tequeñitos eran el mejor reconstituyente y claro pasó lo que tenía que pasar, después de 2 empanadas de pollo, 3 tequeños, 1 café con leche grande (con Splenda obvio), salsa tátara, guacamole, picante y 3 vasos de agua: Me dió fatiga y ganas de morir.
Salí mareado con el remordimiento propio de los obesos y me senté en una banca que está frente a una iglesia a 1 cuadra del mercado, no pasaron 2 minutos cuando me abordó una mujer treintona con mucho rimel y delineador...